Ilustraciones: Nobel Prize
De acuerdo con el Instituto de Investigaciones para la Paz de Estocolmo hay casi 15 mil armas nucleares en el mundo, concentradas en nueve países: Estados Unidos, Rusia, Francia, Reino Unido, India, Pakistán, China, Israel y Corea del Norte.
En este contexto se decidió premiar con el Nobel de la Paz 2017 a la Campaña Internacional para la Abolición de las Armas Nucleares (ICAN, por sus siglas en inglés), un grupo que reúne a unas 460 ONG de casi 100 países.
Antes del anuncio el candidato fuerte era el pacto alcanzado entre las potencias mundiales e Irán acerca del programa nuclear del país persa. Sin embargo, el comité noruego optó por el ICAN ante el riesgo que hoy existe de un conflicto atómico. Es importante concientizar sobre “las catastróficas consecuencias del uso de armas nucleares” y apoyar el liderazgo en el impulso para lograr una prohibición de esas armas sobre la base de un tratado internacional, justificó el comité al dar a conocer su decisión.
Hasta el momento, el Tratado sobre la Prohibición de Armas Nucleares es un movimiento político desprovisto de eficacia real para lograr un desarme, aunque se considera que el acuerdo puede representar un nuevo y fuerte elemento de presión sobre la opinión pública y las potencias nucleares. El texto del tratado fue aprobado en julio pasado en la ONU con 122 votos a favor y uno en contra, el de Holanda. Más de un tercio de los estados miembros se abstuvo, entre ellos las nueve potencias nucleares y los miembros de la OTAN, con la excepción holandesa.
Estados Unidos, Francia y Reino Unido han afirmado que no piensan sumarse al tratado, mientras India, Pakistán, Corea del Norte e Israel que también poseen armas atómicas tampoco son parte del Tratado de No Proliferación Nuclear de la ONU. Aunado a esto, Corea del Norte ha intensificado sus ensayos nucleares y la reacción de la Casa Blanca ha sido inmediata.