Imagen tomada en las cercanías del Polo Norte desde el rompehielos 'Healy' en agosto de 2015 durante la expedición.
Crédito: A.R. MARGOLIN
Una investigación dirigida por la Institución Oceanográfica Woods Hole (Estados Unidos) ha encontrado pruebas que demuestran que se están produciendo cambios a gran escala a lo largo de la costa del Océano Ártico (cerca del Polo Norte) lo que podría ocasionar un impacto significativo en la población animal.
De acuerdo con el estudio, los niveles de Radio-228 se han duplicado durante la última década. Este elemento es un isótopo de origen natural producido por la desintegración radiactiva del Torio en los sedimentos, sin embargo, a diferencia de este, Radio-228 se disuelve en el agua, de tal forma que ayuda a rastrear su origen, concentración y dirección de su flujo.
La investigadora Lauren Kipp fue la encargada de dirigir los esfuerzos para medir el Radio en 69 ubicaciones, desde el borde occidental del Océano Ártico hasta el Polo en un viaje de dos meses, esto a bordo del rompehielos Healy en el verano de 2015.
Tras el viaje descubrieron que las concentraciones de Radio-228 en el Océano Ártico central habían aumentado sustancialmente desde la última vez que se realizaron las mediciones en 2007.
Los investigadores infieren que el exceso de este elemento tenía que provenir de sedimentos en la plataforma ártica de Siberia oriental, cerca de Rusia, la plataforma continental más grande de la Tierra.
Aunque no es tan profundo (170 pies extendiéndose a 390 millas de la costa) contiene un vasto depósito de Radio y otros compuestos químicos.
Los científicos señalaron que el ambiente cálido ha reducido la capa de hielo marino, lo que genera una mayor acción de las olas agitando los sedimentos y por lo tanto, generando más Radio.
Con información de la Institución Oceanográfica Woods Hole y Science Advances