Ante la duda de ¿qué es la realidad?, y ¿cómo es que nuestro cerebro lo distingue de la imaginación?, investigadores de la Universidad de Ginebra (UG) y del Hospital Universitario de Ginebra (ambos sitios ubicados en Suiza) realizaron una investigación que revela que el cerebro es el encargado de decidir si un pensamiento se refiere o no al presente, y si es real o imaginario. Todo este proceso sucede antes de que la persona sea consciente de ese pensamiento.
Durante el proceso, el equipo de expertos trabajó con pacientes sanos, aplicándoles un electroencefalograma de alta resolución con el objetivo de medir la velocidad del procesamiento de información en el cerebro.
Los resultados arrojaron que el procesamiento de la realidad percibida en el cerebro se realiza de 200 a 300 milisegundos después de la evocación de un recuerdo o pensamiento, explica el neurólogo Armin Schnider, director del departamento de Neurociencias de la UG.
El reconocimiento consciente de los estímulos recibidos se desarrolla después, de entre 400 a 600 milisegundos. A partir de esta diferencia observada, los científicos infieren que el cerebro decide si la información es real o falsa, antes de que la persona se dé cuenta del contenido de ese pensamiento.
Lo anterior parece depender de una región específica del cerebro: la corteza orbito-frontal y sus conexiones, asociadas al sistema de recompensa.
En caso de que esta zona cerebral resulte dañada, la persona puede perder la capacidad de distinguir la realidad, el pasado y el presente, sin darse cuenta de ello.
Schnider explica que el trabajo ha demostrado que los pensamientos se codifican simultáneamente como los que se someten a un filtro de realidad. Por lo tanto, el cerebro almacena pensamientos que se refieren al presente (realidad), y en un formato diferente que los imaginarios o fantasiosos. Esta secuencia más adelante permitirá a la persona distinguir el recuerdo de un evento real de uno imaginario.
Aquellas personas que confunden la realidad no se dan cuenta de que los eventos que están esperando nunca suceden, tal es el caso de un abogado que padecía una inflamación cerebral, el cual se preparaba día y noche para un juicio que nunca se llevaría a cabo.
Cabe señalar que esta interpretación es compatible con los resultados de estudios anteriores que han identificado neuronas en la región orbito-frontal que sólo se activan cuando una recompensa esperada no se materializa. Si estas neuronas ya no funcionan correctamente, los pacientes ya no controlan sus pensamientos contra la realidad verdadera.
Con información de la Universidad de Ginebra